Búscame cuando ya no te quede nadie a quien llamar. Cuando todos te hayan ignorado y te hayan hecho sentir diminuto. Búscame cuando te sientas solo, porque ya nadie te respeta o te quiere; y veas que necesitas un hombro sobre el que apoyarte y llorar libremente, sin prejuicios ni críticas. Búscame cuando necesites consejo, y creas que yo soy tu mejor consejera, pues soy la única que piensa escucharte hagas lo que hagas y sientas lo que sientas. Búscame cuando creas que estás perdido. Búscame, si hace falta, cuando necesites algo más que una amiga.
Pero, antes de pedirte que me busques, debo pedirte una cosa aun más importante:
Mírate al espejo. Mírate cómo eres físicamente y cómo te ven los demás. Mira cómo te comportas con aquellos que no se merecen ese trato tan hostil. Mira cómo te sientes tras haber hecho sentir mal a todas aquellas personas que te la han devuelto. Y fíjate en que tú eres una persona, como todos ellos. Con sus piernas, su cara, sus brazos, su nariz,y, aunque en ocasiones no lo parezca, su corazón. Y ahora piensa cuál es el daño que causaste a toda esa gente. ¿Duele, verdad? Pues no. Yo no quiero que me trates así. Yo quiero que tú seas de los que vayan a estar ahí cuando me ocurra como a ti. Yo quiero que me trates como a una amiga, y no como un objeto.
A mí no me busques cuando me necesitas, si no vas a estar cuando yo te necesito; porque todos nos sentimos insignificantes alguna vez en la vida. Pero todos queremos que nos quieran, y no solo cuando existe necesidad.
A mí, quiéreme hoy, y siempre.
Pero, antes de pedirte que me busques, debo pedirte una cosa aun más importante:
Mírate al espejo. Mírate cómo eres físicamente y cómo te ven los demás. Mira cómo te comportas con aquellos que no se merecen ese trato tan hostil. Mira cómo te sientes tras haber hecho sentir mal a todas aquellas personas que te la han devuelto. Y fíjate en que tú eres una persona, como todos ellos. Con sus piernas, su cara, sus brazos, su nariz,y, aunque en ocasiones no lo parezca, su corazón. Y ahora piensa cuál es el daño que causaste a toda esa gente. ¿Duele, verdad? Pues no. Yo no quiero que me trates así. Yo quiero que tú seas de los que vayan a estar ahí cuando me ocurra como a ti. Yo quiero que me trates como a una amiga, y no como un objeto.
A mí no me busques cuando me necesitas, si no vas a estar cuando yo te necesito; porque todos nos sentimos insignificantes alguna vez en la vida. Pero todos queremos que nos quieran, y no solo cuando existe necesidad.
A mí, quiéreme hoy, y siempre.